Tras dos semanas de intensas deliberaciones y una plenaria maratónica, los 196 países parte del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) aprobaron un nuevo programa de trabajo para pueblos indígenas, la creación del órgano subsidiario del artículo 8(j) y el reconocimiento de los afrodescendientes propuesto por Colombia y Brasil. No obstante, aún quedan detalles por definir y existe preocupación por el financiamiento.
Por Jacqueline Molina
Alzando un bastón de mando en su mano derecha, símbolo de la confianza de los pueblos indígenas, la ministra de Ambiente de Colombia y presidenta de la COP16, Susana Muhamad, celebró la adopción de un órgano subsidiario sobre el artículo 8(j) la noche del viernes 1 de noviembre.
De acuerdo con Muhamad, la creación de este órgano subsidiario permanente en el que se venía trabajando desde hace ocho años, “permitirá fortalecer el trabajo entre países, pueblos indígenas y comunidades locales del mundo en la definición de criterios, acciones y programas asociados a los conocimientos, innovaciones y prácticas asociadas a la biodiversidad”.
Las negociaciones sobre la creación de este nuevo órgano, que asesorará a la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica acerca de las decisiones relacionadas con el artículo 8(j), dando voz y voto a los pueblos indígenas y comunidades locales, avanzaron lentas, con la oposición a algunos puntos por parte de varios países.
En la plenaria vespertina que se realizó el miércoles 30 de octubre, las delegaciones de países latinoamericanos como Panamá, México y Guatemala, apoyaron el establecimiento del órgano subsidiario, sin embargo, Indonesia, Jordania y la Federación Rusa de opusieron, señalando los “extensos costos que implicaría tener un nuevo órgano subsidiario”.
Durante la última semana de negociaciones, organizaciones indígenas realizaron protestas en la zona azul (área designada para las negociaciones), portando pancartas con mensajes como “Apoya a los pueblos indígenas y comunidades locales”, “Sí al órgano subsidiario sobre el artículo 8(j)”, escritos en varios idiomas.
La incertidumbre en torno a esta decisión se mantuvo hasta avanzada la noche del viernes, cuando fue adoptada por las 196 partes. Camila Romero, vocera del Foro Internacional Indígena sobre la Biodiversidad en la plenaria, expresó su agradecimiento a la ministra Muhamad y a las partes por este acontecimiento histórico.
“Esta es una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre ambiente (…), este nuevo órgano subsidiario es un referente para el resto del mundo, en el que las partes reconocen la necesidad continua de nuestra participación plena y efectiva, conocimientos, innovaciones, tecnologías y prácticas tradicionales para cumplir los objetivos del convenio (de diversidad biológica)”, expresó Romero.
El proyecto de decisión, que forma parte de los arreglos institucionales para garantizar la plena participación de los pueblos indígenas y comunidades locales, establece que el nuevo órgano deberá asesorar a la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, otros órganos subsidiarios y a la conferencia de las partes que sirve como reunión de los protocolos de Nagoya y Cartagena, acerca de las decisiones que incluyan a pueblos indígenas y comunidades locales, sujeto a que estos lo soliciten.
También delega la tarea de preparar y finalizar el modus operandi del órgano subsidiario sobre el artículo 8(j) a los órganos subsidiario de Implementación y el de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico, el cual deberá ser presentado para aprobación en la COP17 que se desarrollará en Armenia a finales de 2026.
Para Fany Kuiru, coordinadora general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la aprobación del órgano subsidiario es un gran paso para alcanzar esa participación plena y efectiva. “Fue un trabajo arduo de Brasil y Colombia, tanto de los gobiernos como de los pueblos indígenas”, dijo.
Kuiru compartió que, pese a la incertidumbre, tenían mucha esperanza y llevaban listo el documento que se leyó tras la aprobación del órgano subsidiario. “Fue un momento de mucha emotividad, hubo lágrimas de alegría y la ministra alzó el bastón de mando que seguramente fue entregado por el pueblo Nasa (que habitan en el Cauca), ese es el bastón que ella alzó”, relató.
Reconoció que aún hay mucho trabajo por hacer para darle forma a este nuevo órgano subsidiario, tanto de las partes del convenio y las Naciones Unidas, como de los pueblos indígenas de todo el mundo, pero que este es un logro histórico por el que se venía luchando desde hace mucho tiempo.
Nuevo programa de trabajo a 2030
Otro de los logros fue la adopción de un nuevo programa de trabajo para pueblos indígenas a 2030 durante la plenaria vespertina que se realizó el miércoles 30 de octubre. En palabras de Muhamad, “esta decisión genera una ruta de implementación clara para pueblos indígenas del Marco Kunming-Montreal, contando con el consenso de todos los países”.
Este programa de trabajo busca priorizar “las tareas que contribuyan directamente a la implementación oportuna, plena y eficaz del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal”. Las partes deberán informar sobre los progresos de la aplicación de este programa de trabajo del artículo 8(j).
Las partes también deberán tomar en cuenta a los pueblos indígenas y comunidades locales en la preparación de informes nacionales, así como la elaboración, revisión y aplicación de sus Estrategias y Planes de acción Nacionales en materia de biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés). Así como emplear esfuerzos para movilizar recursos financieros que mejoren las acciones colectivas destinadas a la implementación de dichos planes de acción.
Además, deben apoyar los medios de vida de los pueblos indígenas y comunidades locales, garantizar la utilización sostenible de la diversidad biológica y promover mejores prácticas de gobernanza que garanticen la tenencia de la tierra.
Ramiro Batzin, copresidente del Foro Internacional Indígena de Biodiversidad, dijo que este nuevo programa de trabajo “le va a permitir a los pueblos indígenas mostrar los aportes que está haciendo a la conservación de la biodiversidad, pero también es un compromiso que los Estados asumen con los pueblos indígenas, en los temas de territorio, conocimientos tradicionales, distribución justa y equitativa”.
“Este nuevo programa de trabajo tiene que ir de la mano del órgano permanente. Tenemos el documento que nos da las directrices, pero necesitamos el instrumento de operativización, donde se encuentren pueblos indígenas y Estados, y en iguales condiciones puedan planificar la implementación de este programa de trabajo”, indicó.
Reconocimiento de los afrodescendientes
Entre los acuerdos históricos de la COP16 también destaca el reconocimiento de los afrodescendientes dentro del artículo 8(j) como protectores de la diversidad biológica, una propuesta impulsada inicialmente desde la vicepresidencia de Colombia y respaldada por Brasil para ser finalmente presentada en conjunto por ambas delegaciones al inicio de la conferencia.
Las negociaciones sobre este punto en la agenda avanzaron a paso lento, con oposición por parte de algunos países del grupo africano, como la República Democrática del Congo que dijo desde el primer día que no podían aceptar “ninguna revisión de la terminología relacionada con los pueblos indígenas y las comunidades locales” y desalentó “cualquier intento de incluir a los afrodescendientes en la agenda”.
El jueves 24 de octubre se llevó a cabo el Foro Internacional Afrodescendiente en la zona azul, que contó con la participación de la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, quien hizo un llamado a las partes para incluir a la población afrodescendiente en el Convenio de Diversidad Biológica y calificó la falta de reconocimiento “como un acto de racismo”.
En la plenaria del 30 de octubre, la República Democrática del Congo señaló “la falta de evidencia para fundamentar el reconocimiento de las contribuciones de los afrodescendientes a nivel mundial y en la implementación de las NBSAP”.
Los nervios y tensión se mantuvieron hasta el final, cuando luego de adoptar el nuevo órgano subsidiario, se aprobó incluir a los pueblos afrodescendientes dentro del artículo 8(j). Un hecho que el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo catalogó como “un hito en el Convenio de Diversidad Biológica”.
“La adopción de esta decisión en la COP de la gente en Cali es un mensaje claro de inclusión y justicia, refleja nuestra responsabilidad de reconocer y valorar la riqueza de conocimientos y prácticas que estas comunidades aportan al bienestar de nuestro planeta. Es un logro para el mundo, para el presente y generaciones futuras”, expresó.
En tanto, la ministra Muhamad subrayó que “esto también les dará acceso a recibir recursos para financiar sus iniciativas enfocadas en la conservación y gestión sostenible de la biodiversidad, y participar en discusiones ambientales globales, como la próxima conferencia de las partes”.
Las organizaciones afrodescendientes también tuvieron un rol importante para la adopción de esta decisión. Marlin Mancilla, la activista colombiana que derramó lágrimas de alegría durante la plenaria y cuya fotografía ha dado la vuelta al mundo, compartió que el pronóstico era desalentador desde el inicio, pero decidieron luchar por ese reconocimiento.
“El Movimiento Social Afrocolombiano empezó a recoger toda la fuerza de América Latina para conseguirlo (articular la propuesta para incluir a los afrodescendientes) y Brasil decide mandar la propuesta en conjunto, y luego se fueron sumando los otros países. También nos tocó hacer escuela, porque muchos participábamos en movimientos ambientalistas, pero desconocíamos como se movía todo en la COP”, relató.
Contó que, cuando conocieron la postura de los países que no estaban de acuerdo, llegaron a la conclusión de que había un problema de interpretación o traducción, por lo que decidieron iniciar una campaña informativa dentro de la COP.
“Había desconocimiento del término afrodescendientes por parte de otros países. Hicimos pequeños boletines, conseguimos aliados que hablaran francés, portugués e inglés para poder hacer que el otro entendiera cuál era nuestra petición. También mandamos a hacer unas camisetas con el mensaje ‘Incluir a los pueblos afrodescendientes’ en los idiomas principales de COP y pararse en diferentes lugares con los amigos que hablaban otros idiomas para explicarles”, indicó.
Compartió que el día de la plenaria no sabían que iba a pasar, por lo que la decisión fue muy emotiva. “Para mí fue muy emotivo, hemos visto a muchos hombres y mujeres salir de sus territorios por amenazas, pensé en mis hijos, en mis sobrinos y en todo lo que significa ser afrodescendiente en Colombia. Creo que es un precedente muy importante, que le permita a nuestros renacientes tener unas condiciones de vida más dignas”, dijo.
Agregó que ser reconocidos como protectores de la biodiversidad en el Convenio sobre Diversidad Biológica es un hecho histórico y un gran primer paso, pero que ahora queda un largo camino por recorrer, con mucho trabajo de educación y socialización con las poblaciones afrodescendientes para que conozcan sobre el CDB, así como luchar para ser incluidos en otros espacios de protección ambiental.
Sheila Gruner, directora del Instituto de Pueblos, Territorios y Pedagogías para la Paz, considera que la adopción del órgano subsidiario y el reconocimiento de los afrodescendientes son dos logros importantes que dejó la COP16.
“Es un importante paso para reconocer el rol de estos pueblos en el cuidado de la biodiversidad. Los pueblos afrodescendientes suman más de 200 millones de personas en las Américas y el Caribe y tienen 205 millones de hectáreas de tierras que corresponden a sus poblaciones, pero solo 5% está protegido”, señaló.
No obstante, subrayó que “siempre faltan cosas”, elementos importantes en los que se puede trabajar en el futuro. “Falta el reconocimiento como pueblo, se reconoció a los afrodescendientes, que no es lo mismo que reconocer pueblos, eso fue uno de los elementos importantes que espero se pueda hacer en futuras sesiones”, agregó.
Aunque la COP16 dejó acuerdos históricos para garantizar la plena participación de los pueblos indígenas, comunidades locales, y ahora, las poblaciones indígenas, también dejó algunos puntos importantes en el aire debido a que luego de un día de negociaciones y más de 11 horas de plenaria, esta se tuvo que suspender debido a la falta de quórum.
Tal como lo destacó el Consejo Nacional de Tribus Indígenas (CNTI), “aún queda pendiente la forma en cómo va a operar este órgano y cómo va a funcionar en temas de gobernanza, y no fueron abordados temas como los mecanismos financieros y de implementación”.
Al respecto, Gruner expresó que el financiamiento tiene que ser definido, ya que el órgano subsidiario tiene que ser financiado, debido a que “el órgano subsidiario es algo mucho más robusto, importante y permanente, y sin definir el financiamiento este trabajo no será posible”.
Por su parte, Kuiru recordó que la propuesta de la COICA en la COP16 era el órgano subsidiario y el financiamiento directo para los indígenas, por lo que se mantuvieron hasta al final de la plenaria, pero al final no se llegaron a acuerdos acerca de este tema tan importante.
“Fue lamentable ver un escenario donde los dueños del poder económico siempre terminan llevándose la victoria de no financiar lo principal que es el cuidado de la biodiversidad. Como indígenas nos quedó mucho dolor, mucho sentimiento de que estos países son ricos porque han extraído los recursos naturales y han afectado la biodiversidad”, manifestó.
“No han tomado conciencia de la crisis climática que estamos atravesando y de que en el momento en que la naturaleza tome venganza, porque la naturaleza no se queda quieta, los dólares no se van a consumir, ni los grandes edificios y bolsas de valores. No hemos tomado conciencia de que la naturaleza una vez reacciona, lo hace de manera grave y no mira estatus social o si son países desarrollados”, expresó.
Añadió que confían en el trabajo de Muhamad, pero que aún están a la espera de lo que pasará en los próximos meses, si se convocará a las partes a una reunión para retomar este punto de agenda o se tendrá que esperar dos años, hasta la COP17 en Armenia, para tomar decisiones en torno al financiamiento.
Este artículo forma parte del programa historias de la COP16 de Biodiversidad de Climate Tracker en colaboración con FES Transformación